POV AUTOR
La utopía de la cuidad consumía al cuerpo de las personas, los días pasaban y no se detenían ante nada, sus vidas llenas de horarios era fastidioso, y abrumador, las luces de las calles se apagaban mediante los minutos pasaban, dando paso al alba, el verano pasaba rápidamente, y en pocos días el invierno invadiría todo Seúl.
La calefacción mantenía su cuerpo en una temperatura corporal estable, pero su cuerpo dolía, estaba incomodo por la posición dada durante su estado de reposo, sus parpados se abrieron con pesadumbre, sus pupilas captaban la luz con fastidio, su nariz se arrugó por completo al momento de mover su brazo, pues aún seguía dormido y poco a poco se sentía adolorido, no había sido buena idea haber tomado una pastilla para dormir, ahora su cabeza dolía pero unos suaves y dulces ronquidos le sacaron una sonrisa dejando de lado el pequeño dolor de cabeza, a su lado dormía la persona más hermosa que sus ojos habían visto, sus largos dedos delinearon con cuidado el perfil del individuo, su dedo índice acarició la punta de la barbilla hasta llegar a la nariz, el individuo lentamente abrió sus ojos, un pequeño bostezo abandonó sus labios, esa era la imagen más adorable y tierna que sus ojos podían captar, hace tiempo esa persona había llegado a su vida, en el peor momento - el peor de todos- gracias a él su vida se había llenado de risas, abrazos y besos, gracias a él pudo salir adelante.
— Bebé... ¡Buenos días! — susurro con entusiasmo, aquel le sonrió con ternura.
— Sr. Choi, sus hermanos ya se despertaron, ahora se encuentran descendiendo el avión, ¿desea algo para usted o su hermoso acompañante? — preguntó la azafata con una gran sonrisa, Choi alzó una ceja, ¿hermoso?, la única persona que le podía decir así era él y nadie más, con los años se había vuelto un poco más serio con las personas a su alrededor, pero una sola persona le hacía sonreír constantemente, además había descubierto lo celoso que se podía poner, solo lo hacía con su "bebé".
— No... ahora iremos — habló cortante, la mujer lo miró mal y sin decir nada más se fue del lugar, el Sr. Choi ya estaba acostumbrado a esas "miradas" de odio que le dedicaban las personas, esas cosas ya no le afectaban, no como antes .
— Escucha bebé... tú eres mío y solo mío — susurro mientras con sus manos sujetaba las mejillas de su "bebé", aquel lo observó confundido pero aun así sonrió mostrando todos su dientes.
— Luhan ser celoso no es bueno.. y ya era hora que despertaran ambos. — habló una voz interrumpiendo la tierna escena de celos, luhan soltó las mejillas de aquel.
— Yo no digo lo mismo cuando tu te apoderas de tu "Ternurita", Baekhyun...— hablo con sarcasmo y burla, él otro se sonrojó pero asintió.
— pues es mi ternurita y NO dejaré que el mundo entero lo vea, él es solo mío...— dijo con orgullo y posición recordando la imagen de su sonrisa.
— como digas...— desvió la vista de su hermano y con cuidado la dirigió hacía la ventanilla. — llegamos...— susurro con nostalgia.
— ¡Omma! — habló la vocecita a su lado, Luhan se giró y con una enorme sonrisa abrazó a su bebé.
— hemos llegado amor...— susurró entre sus labios y las blancas mejillas de su pequeño, su pequeño era lo más hermoso que tenía, después de sus hermanos.
— Entonces bajemos..
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El ruido de la gota caer en lavado paulatinamente se fue convirtiendo en el detonador de su sueños, el sonido del móvil comenzó a sonar, haciendo compañía al ruido que causaba esa gota de agua, el molesto ruido no iba a parar hasta que se despertará, pero eso no quería hacer, no aún.
El móvil dejó de sonar, el silencio reino nuevamente en la habitación, aun que ganas no le faltaban para despertarse, ya que su cuerpo estaba completamente adormecido, pero su mente ya comenzaba a trabajar, los parpados se vieron la necesidad de abrirse, con lentitud su cuerpo se fue deshaciendo del cansancio, lentamente comenzó a pestañar tratando de visualizar mejor el lugar, con lo primero que se encontró le sacó una sonrisa, una pequeña foto decoraba su escritorio, esa sonrisa que lo acompañó durante largos años, su cuerpo comenzó a sentir frío, levantó su cuerpo del escritorio, su cabeza dolía, en definitiva -otra vez- se había quedado dormido en el escritorio con papeles a su alrededor, prometer que nunca más lo haría era en vano, tarde o temprano siempre terminaba en esa situación, su frente apoyada en el frío escritorio, lo único que animaba a sus mañanas era esa foto...esa sonrisa, sus labios fruncidos al reír, sus enormes ojos cafés oscuros, su piel blanca, su cabello castaño, su pequeña y redonda nariz, el pequeño lunar en su cuello, sus delicadas y pequeñas manos, su cara hermosamente redonda.
Xiu Minxiu... pero para él siempre será Kim Minseok... su cachetón.
El móvil comenzó a sonar, un bufido soltó sin más remedio que contestar, metió su mano en el bolsillo del pantalón y se apresuró de atender, antes miró el número que marcaba.
— ¿Qué sucede?...—
— JongDae, el jefe Jung dio ordenes de que aparezcas aquí, dice que tiene trabajos para ti —
— Ok...— suspiró. — dile que en unos minutos voy para ahí.—
— esta bien.—
Finalizó la llamada, volvió a recostar su cabeza en el escritorio, cerró sus ojos con pesadez, su mañana comenzaba a hacerse rutinaria y lo que odiaba eran las rutinas, ya hace 2 años terminó su carrera, 1 año expandiendo aquella carrera, había logrado demostrar a muchos que él podía con ese tipo de trabajo, vocación, pero solo dos cosas en su mente eran lo que lo incentivaba a seguir, años de amargura rodeaban su corazón, el dolor era interminable, lo único que sabía de Minseok, de su minseok era que ahora se encontraba en España siguiendo su sueño, viajando por el mundo, pero le dolía la distancia... Minseok se había ido luego de unos meses de la graduación diciendo que tal vez quizás era su oportunidad de empezar con su nueva vida, para Jongdae ese había sido uno de los peores momentos de su vida, había intentado hacer que su cachetón lo recordara pero fueron intentos inutiles, en ese tiempo tuvó que soportar los ojos de minseok de "solo amigos", quería hacerlo reaccionar, pero todo había sido en vano, aunque creía que si tal vez le decía que fueron novios, o besarlo, minseok lo recordaría como en las novelas o peliculas romanticas, pero su cuñado se lo había prohibido rotunamente, todo era por el bien de minseok, no querían forzarlo a recordar por miedo a que tuviese una recaida y eso causara una fallo en su cerebro, todo debía ser a su tiempo.
Sonreir y no poder besarlo lo consumía, tenerlo lejos quizás fue de ayuda... ayuda para su mente y corazón.
Sí su cachetón era feliz no recordando nada, sin él en su vida, entonces jongdae intentaría aceptar esa realidad y esa amargura, era inevitable no llorar con solo recordar los únicos momentos vividos con él, la primera impresión, su diferente reacción, su "odio" hacía él, su primera cita, sus secretos.
Fueron pocos meses de verdadera felicidad, su corazón "intentaba" aceptar que su cachetón no volvería a ser el mismo de antes, aunque las probabilidades de que Minseok volviese eran escasas debía estar al tanto, aunque sea por su hermana JiAn.
Jongdae solo quería descubrir lo que le había sucedido a Minseok en ese tiempo que se había ido, el porqué del accidente, la única información que tenía en sus manos fueron proporcionada por ZiTao, luego de buscarlo, aunque la información no fue lo suficiente y la mayoría ya lo sabía agradecía que luego de años sin hablarse Tao le haya dicho lo que sabía, no deseaba ostigar a ZiTao con sus preguntas, ya que ahora Tao cargaba con una familia solo aceptó la poca información que le había dado, habían pasado un largo tiempo de que había sabido noticias de él... pero todo le hubiese resultado más fácil si Kris le hubiese brindado un poco de información sobre la familia Huang, pero fue inútil ese método ya que el mismo Kris se negaba rotunamente a hablar de Zitao, no quería presionar a su amigo recordando el pasado, en los primero meses de que Minseok había reaparecido no pudo ayudar al esposo de su hermana JIAn y así se cerró el caso, jongdae tuvo que esperar años para poder retomar el caso, años en la academia de policía, habrían valido años de entrenamiento ya sea en área de campo o de tecnología, quizás si hace unos años atrás le decían sobre su futuro en la policía/investigador el mismo Jongdae hubiese abofeteado al incrédulo por haber dicho esas tonterías, pero ahora se encontraba ejerciendo esa carrera, con el tiempo conoció a personas malas y buenas, pero tantos años le dieron varios títulos en la Brigada Policía Judicial (Investigación y persecución de delitos y faltas.), Brigada de Policía Científica, ahora se encontraba como sub-comisario, como mano derecha de su cuñado.
Hace no más de 1 año había estado re-abrir el caso de la familia Xiu, del paradero de el padre de Minseok, de los empleados, de toda la verdad.
Con mucha suerte y esfuerzo logró re-abrirlo, y desde ese entonces había comenzado con las investigaciones, desde ya hace 6 sus sospechas había sido confirmadas, aunque la "nueva información" sobre el caso le había alegrado se sentía destrozado, ahora no solo tenía que buscar la verdad del incidente.
También debía buscar a su propio hijo.
Su hijo con su hermoso cachetón.
Ese es su otro objetivo.
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Los tacones retumbaban en el amplio pasillo, una figura delgada caminaba con precisión y seriedad, sus delgados brazos sostenían carpetas con archivos importantes de alta confinidad, sus pasos se detuvieron en una enorme puerta negra, antes de cualquier movimiento golpeo dando leves golpes.
— Pase..— una gruesa voz accedió al paso de la mujer, poco a poco su delgado cuerpo se adentro a la oficina, un hombre examinaba con mucha concentración cierta cantidad de papeles, la mujer sonrió, caminó hasta él y dejó los papeles en el escritorio, sus finos dedos se deslizaron por el escritorio haciendo un caminó hasta el hombre, se incorporó detrás de él, sus manos se situaron en los hombros de su jefe, pequeños masajes comenzó a repartir, aquel cerró los ojos sintiendo su cuerpo relajarse, la mujer lentamente acercó sus labios en el cuello de aquel, leves besos comenzó a repartir por el cuello, su jefe comenzó a suspirar con cada beso.
Pero esos besos no eran iguales...
No eran los de su panda.
Esas manos no eran los de Tao.
Su respiración no era igual.
Su perfume era diferente.
Su aliento extrañamente asqueroso.
Su calor era desconocido para él.
Sin darse cuenta la mujer había introducido sus manos dentro de la camisa, y comenzó a masajear sus pezones, Kris sin ningún sentimiento apartó las manos con brusquedad, la mujer se congeló por breves minutos pero rápidamente se incorporó, soltó una risita por la actitud de su jefe.
— Antes solías ser más divertido...— susurró con algo de molestia.
— Antes estaba desesperado y borracho... y lo sabes — contestó mientras volvía a su lectura.
— tienes razón, pero no le veo la diferencia del "ahora" y del "antes", todo sigue igual Kris... sabes de que él no volverá, lo tienes más que visto — su tono neutro sonó amenazador e hiriente.
— lo sé... así como tú sabes de que nunca más me revolcaré contigo... Sofía... ahora si ya soltaste todo el veneno vete, necesito trabajar y supongo que es lo único que nos une...— murmuro con un tono molesto, típico tono que usa con sus empleados o con personas con las que no quería hablar.
— esta bien, por cierto... he despedido a la inútil de tu asistente... creo que debes buscar otra u otro que no solo se quede viéndose en el espejo — aconsejo mientras le daba una mirada a Kris, aquel le devolvió la mirada pero con molestia, la mujer sonrió — sé que quieres despedirme... pero lastima... nos debemos soportar por ser la mayorista en acciones.— su voz demandante y elegante podía intimidar a cualquiera, pero Kris era la excepción, aunque no le agradece... ella era la única que lo podía enfrentar, y con ella cerca las cosas se ponían interesantes, después de todo le gustaba su personalidad, pero aun se arrepentía de haber tenido varias sesiones de sexo, ahora la mujer siempre lo provocaba, como todo hombre era más que obvio que ella lo atraía.. pero todo era físicamente y ella buscaba compromiso disfrazado de solo sexo.
— Lo haré pero ahora déjame solo — espetó con seriedad, la mujer asintió y abandonó por completo la sala.
Aquella mujer tenía mucha razón, ya habían pasado los años y él aun no podía olvidar a Tao, a su panda, su mente mandaba que lo olvidara pero su corazón no quería acatar aquellas ordenes, su corazón se aferraba a aquella persona, a la única que amó, ama y amará.
Todo había sucedido muy rápido, de un día para otro el dormía con Tao plácidamente, como una hermosa pareja, abrazándose, dándose besos, restándole importancia al mundo entero y solo preocupados demostrándose amor, o bueno eso creía Kris, no hasta que Tao solo se fue, desapareció de su vida el día siguiente de su graduación, él había hecho lo posible para encontrarlo, viajó a China para verlo, para traerlo otra vez a su vida, peri todo fue demasiado tarde.
Tao ya no le pertenecía.
Ya no formaba ni formaría de su vida.
Había conseguido a otra persona que lo amase.
y en definitiva no era Kris.
Él ya no formaba parte de sus planes.
Ese mismo día Kris había cerrado su corazón, el daño entero había sido desastroso, y no dejaría que nadie más hiciese lo mismo otra vez, no permitiría que jueguen con sus sentimientos.
Convertiría su corazón en piedra si fuese necesario.
Nadie más entraría en él... si no era Huang ZiTao, nadie más lo sería.
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Lentamente acomodó su mechón de cabello castaño, cuando por fin su cabello quedó en orden sonrió al reflejo del espejo, arregló su chaqueta. *Perfecto*, se felicitó, cogió las llaves de la mesada, su móvil y billetera, salió del departamento, con mucha educación saludó a todos los vecinos que se cruzaba en su transcurso a la salida, el día era su aliado total, su humor mejoraba con cada paso, muchos le sonreía, eso era señal que su sorpresa estaba más que perfecta.
Tomó el tren, no le llevó mucho tiempo esperar, se sentó, por suerte no habían muchas personas en el tren, en solo 10 minutos llegó a su destino, con tranquilidad se bajó y comenzó a caminar, a unas calles se encontraba su objetivo, apresuró su paso, en tiempo record llegó a la entrada del edificio, las personas lo observaban embobado. Yixing sonrió.
— Espero que te sorprendas — susurró al viento, en el gran ventanal que estaba cerca se observó, repasando cada detalle, luego de tanto tiempo había decidido hacerse un nuevo cambio de look, eso sin duda sorprendería a Junmyeon, últimamente habrían estado distanciados, Junmyeon se había pasado los últimos años más concentrado en la empresa junto con Kris, ambos eran socios, aunque tenía a otra socia, mujer que Yixing francamente odiaba, no solo su personalidad, sino que su "poder" sobre la empresa, pero mientras aquella no se metiese con su Junmyeon todo estaba bien.
Aun lo seguía amando como el primer día, si, aun seguía amando su tonta sonrisa, luego de la graduación habían empezado a vivir juntos, cada uno con su carrera, a pese de que a los horarios no coincidían como para verse, ellos se esforzaban para siempre estar juntos, de darse por lo menos algún tiempo para salir a citas, desayunar juntos, o almorzar, pero las cosa no habían cambiado demasiado luego de que cada uno terminara su carrera, Junmyeon se pasaba las 24 Hs del día sacando adelante la pequeña empresa que había empezado con su hermano, con la herencia recibida continuaron con lo que sus padres comenzaron, el mundo del espectáculo era intensivo hoy en día, en tan solo 2 años la empresa se iba expandiendo por toda Corea, y poco a poco por toda Asia ganando reconocimiento, el éxito subía con el correr de los días, Xing se sentía completamente orgulloso de Myeon, luego de haber estudiado mucho administración de empresas, entre otras cosas, había valido la pena.
Yixing no quería estorbar a su novio, sino que quería apoyarlo, pero a veces le era difícil, ya que Junmyeon se la pasaba en juntas corporativas, creando nuevos proyectos, la Industria de música era lo que le robaba a Junmyeon, por eso hoy se había podido dar un tiempo para poder sorprenderlo, quería hacer que Jun se fijara en él nuevamente.
Soltó un suspiro calmando sus nervios, y con mucha seguridad en si mismo entró al edificio, la recepcionista le sonrió, él correspondió al saludo. se acercó a la mujer.
— Hola Hyuna...— saludó
—wow.. Yixing te vez hermoso — felicitó con sonrisa, Yi se sonrojo.
— G-gracias... ¿sabes si Junmyeon esta en alguna junta? — preguntó
— No, se ha desocupado, ahora esta en su oficina — respondió.
— Oh... entonces iré a verlo —
—¿quieres que le avise? —
Yixing negó
— Quiero que sea una sorpresa —
— Esta bien.. de seguro se sorprenderá mucho, espero que puedas sacarle una sonrisa... últimamente ha tenido problemas con algunos contratos — dijo algo preocupado. Yixing asintió y se fue.
No sabia que su novio había estado teniendo dificultades en el trabajo, Myeon no le había dicho nada. *¿No me dijo porqué le preocupo? o... quizás porqué ya no me toma en serio* su mente comenzó a imaginar posibilidades, pero negó la última, *Junmyeon siempre confía en mi*eso era obvio, *sino me lo dijo será porque le preocupo*, sin darse cuenta ya había llegado a la puerta de la oficina, suspiró intentando calmar su cuerpo que temblaba, tomó el pomo y lo giró suavemente, abrió la puerta.
Su sonrisa se quebró por completo, su pecho se oprimió con rigidez, sus ojos se llenaron de lágrimas, mordió sus labios con fuerza, su respiración comenzó a agitarse.
— ¿porqué...? —bisbiseo con un hilo de voz, bruscamente cerró la puerta y comenzó a correr, sin mirar atrás, su rostro se mojaba cada vez más, no quería que nadie lo viese así, sus pies lo llevaron por las escaleras de emergencia, no tardó en salir del edificio, ahora se encontraba en la puerta trasera del lugar, su cuerpo colapsó en el suelo, y por fin dejó de reprimir sus lágrimas, sus sollozos se hacían más abundantes. la imagen se hacían más fuertes en su cabeza hasta el punto de dolor.
—¿porqué?, ¿porqué?... acaso no soy lo suficiente...— su voz se quebró.
La escena se repetía como disco rayado, Su junmyeon sentado y encima de él una mujer que lo besaba con mucha desesperación.
—Acaso todo había sido una perdida de tiempo, ¿desde cuando dejó de amarme? — se decía así mismo mientras se abrazaba fuertemente. — y-yo solo q-quería... mierda, soy un estúpido. — Yixing se levantó del suelo, secó sus lágrimas y se fue.
Su corazón estaba destruido.
Que habían valido años a su lado... la persona que le había hecho creer en el amor... ahora lo traicionaba, nuevamente lo traicionaban.
un liquido calientes bajó de su nariz, Yixing por inercia limpió aquel liquido, pero su llanto se volvió a romper al darse cuenta que estaba sangrando... nuevamente.