Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Torre de Marfil por niky-cham

[Reviews - 738]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola. Atrasada pero feliz.

La idea cambio un  poco, se supone que el capitulo de hoy no seria como sera, pero la idea loca me ataco de pronto y no pude hacer nada mas que escribirla.

¡Muchas gracias por sus comentarios! Los he contestado todos, asi que si quieren ver personalmente, que he escrito para cada uno de ustedes, pueden pasar a la seccion de comentarios ;)

Espero que les encante el capitulo.

Capítulo 13: Quiero estar junto a mi familia.

-Quiero hablar con tu jefe. No permitiré que nadie acuse así a mi familia. Él es mi doncel. –

Tras esas palabras el guardia comprendió que se había metido en problemas. Observo al varón frente a él, intentando calmar el momento, pero en su interior, no se arrepentía en lo más mínimo de haber culpado al doncel.

-Señor, no creo que eso sea necesario. –

-Yo veré lo que es necesario. Quiero hablar con su jefe. –Interrumpió Christopher con voz severa. A sus espaldas, Castiel había tomado al nene entre sus brazos, y con ternura le quitaba de las manos los dos objetos que había sacado de la tienda –No los regreses –Soltó Christopher al notar la intensiones de Castiel. –Son unas chucherías. Inclúyelas en la compra. –Indico, sin siquiera observar al doncel, su vista se mantenía clavada en el guardia de seguridad.

-Bien –Susurro el doncel. Quien se sentía un poco culpable por causar problemas. Por supuesto él sabía que en ningún momento su intención fue robar, y si, le habían ofendido las palabras del guardia. Sin embargo eso no quitaba la culpa de haberse descuidado con Theo. No solo porque el pequeño había sacado dos objetos de la tienda, sino también por lo peligroso que era perder de vista a su propio hijo. Aunque Theo era un niño inteligente, y nunca se separaba de sus padres.

-Encárgate de las compras –Chris deposito su tarjeta de crédito en la manos de Castiel. La pobre cajera llevaba esperando varios minutos, y la compra aun no era pagada –Tú conoces la clave, solo confirma el monto, y has que pasen mi café, y las golosinas de Theo. –Toco los hombros de su doncel, instándole a saber que todo estaría bien. Sonrió y le hizo una seña para que siguiera sus indicaciones.

Castiel obedeció. Giro su cuerpo regresando con la cajera. La mujer le sonrió un tanto nerviosa, y sin que Castiel se lo pidiera, paso el café y las golosinas del niño por la cinta.

-¿Va a llevarlo en cuotas? –Consulto, intentado sonar lo más natural posible. Castiel negó.

-Un solo pago –Susurro tembloroso. Ella asintió.

La compra estaba hecha, y Christopher había desaparecido de su vista. Castiel, subió a Theo en el carro, para que esta vez, no se le escapara. Estaba a punto de marcharse cuando la cajera llamo su atención.

-¡Señor! –Exclamo rápido –Yo... Me gustaría darle una disculpa. Es obvio que usted se distrajo, no es culpa del niño haber salido con los dulces. Espero que pase pronto el mal rato. –Se giró, rebuscando junto a la registradora, una cajita platica, y de ella saco un par de bombones individuales. –Disculpe las molestias. Sé que esto no soluciona nada, pero al menos le endulzara el rato –Puso tres bombones de chocolate entre las manos del doncel, y sonrió conciliadoramente, como diciendo: “No tienes la culpa de nada”.

El doncel estaba de piedra, jamás espero algo como eso. Presiono los chocolates entre sus manitas, y soltó un suave gemido.

-Gracias –Susurro limpiando la traicionera lagrima que amenazaba por salir.

-No hay de que –Menciono ella –Por cierto, la oficina del jefe esta al fondo. Continúe por este pasillo, hay una máquina de peluches, la puerta de junto, es la de nuestro gerente. –

El doncel observo el camino indicado. Asintió agradecido, al ver por lo lejos, la máquina de peluches, que la cajera había mencionado. Dio una última sonrisa despidiéndose con la mano, el nene de igual manera imito a su papi, y alzo las manitas para despedirse de la agradable trabajadora.

Un poco más calmado camino hasta la mencionada oficina. Había guardado dos de los chocolates, y uno de ellos se lo echo inmediatamente a la boca. Estaba haciéndose a la idea de calmar a Christopher, porque seguramente su amado, estaría hecho una furia. Y no se equivocó, la discusión del varón se oía hasta el pasillo.

No se molestó en tocar, giro la perilla, y desde el marco de la puerta vio a su pareja. Estaba rojo de la ira, enumerándole al gerente todas las razones por las cuales, su guardia de seguridad, era un incompetente.

-Papi, va a sacar a papá de esta estúpida discusión ¿Bien? –Beso la frente de su hijo. Quien por supuesto entendió poco, pero de todas formas asintió. Y Castiel se internó en la oficina, colocando sus manitas en los hombros de Chris –Disculpa que interrumpa, pero la compra ya está hecha, y mi helado de arándanos se derretirá si no nos vamos pronto.

Volteo, encontrándose con esa mirada zafiro que tanto le enamoraba. Carraspeo su garganta y asintió, los deseos de su pareja, eran más importante que cualquier discusión. Sin embargo, él no se iría así nada más. Clavo su vista sobre el guardia, de manera amenazadora, y dijo:

-Espera solo un poco, este hombre, tiene algo que decirte –Insistió amenazador. El aire se respiró tenso durante unos segundos. Y el guardia bajo su mirada mordiéndose los labios.

-Disculpe mi descortesía. He hecho acusaciones indebidas de usted y su hijo. Lamento mucho haberle hecho pasar tan mal rato –Soltó escueto, y poco sincero, pero al menos lo hizo.

-¡Eso! Tiene una disculpa a nombre de todo el establecimiento –Menciono el gerente un poco más nervioso. Conocía a Christopher Owen. Sabía que el empresario era capaz de hundirlos si así lo quería. –Le aseguro que no volverá a suceder, ni a usted, ni a ninguno de nuestros usuarios ¿No es verdad? –Miro a su empleado.

-Es cierto, no volverá a suceder. Tendré más cuidado para la próxima. –Afirmo el guardia.

-Eso espero –Espeto Christopher con molestia. Y contrario a cualquier reacción esperada, Castiel sonrió con gracia. Le daba risa, el que Chris, estuviera mucho más molesto que él.

-Me parece justo que tengan más cuidado. Yo sé que mi hijo estaba sacando unos productos sin pagar, pero usted perfectamente pudo habérmelo dicho, y como ve, habríamos pagado por las golosinas. –Soltó bastante tranquilo -¿Ya nos vamos Chris? –

-Si. Vamos. –Dio la vuelta sin  decir más nada, y el mismo comenzó a arrastrar el carro donde su hijo iba divertido jugando con las golosinas, que habían costado más que un dolor de cabeza.

Fuera de ser una situación desagradable. Christopher comprendió una cosa de aquel encuentro. Podría darle a Castiel la mejor terapia del mundo, para reconstruir su pobre autoestima, y sin embargo, nunca daría resultado, pues quienes realmente necesitaban una buena terapia eran personas como aquel guardia. Castiel estaría muy seguro en su casa, amado y protegido por toda su familia, sin embargo fuera de esas paredes, el mundo tenia opinión diferente.

Para cuando estaciono el auto, tenía a sus dos amores dormidos. Theo cayo rendido, tan pronto como encendió el motor, Castiel resistió un poco más, lleno su boca con unos bombones de chocolate, que Christopher no tenía la más mínima idea, de donde los había sacado. Y luego de comer, apoyo su cabeza en el cómodo respaldar del asiento y simplemente, siguió a su hijo en el mundo de los sueños.

-Castiel, amor –Chris intentaba despertarle con suavidad, pero al perecer no estaba surtiendo efecto. El doncel seguía, plácidamente, dormido. Suspiro un tanto resignado, y aplico un poco más de fuerza.

-¡¿Qué pasa?! –Reacciono al llamado de Christopher.

-Ya llegamos a  casa –Susurro Chris, de forma suave. Castiel volvió a abrir sus ojos, y aun dominado por el sueño, comenzó a recorrer con  la vista, todas las cosas que le parecían familiar.

-Ya bajo –Meneo su cabeza, intentado espantar el sueño.

-Yo me encargare de las compras. Tú abriga a Theo y llévalo adentro. Sera mejor que lo despiertes, sino va a revolotear hasta media noche. – Indico a su pareja, quien estaba más dormido que despierto. Castiel solo asentía monótonamente a las palabras del varón. Aun no comprendía del todo, lo que estaba pasando.

Chris sonrió y deposito un beso en su frente. Ya despertaría, y sabría perfectamente qué hacer. Bajo del auto, y con paciencia comenzó a descargar las compras. Le había dado la tarde libre al servicio. Sabía que ese día terminaría su trabajo, y lo único que quería era estar solo con su familia. Aunque en ese momento no le habría caído mal una ayuda. Dios le oyó, y Giulian, que en esos momentos había bajado por un vaso de agua, se lo encontró en la cocina, y le ayudo a acarrear el resto de las bolsas. Para esos momentos Castiel ya estaba más despierto, y había envuelto a Theo una abrigadora manta, con voz dulce llamo a su hijo, comenzando a mecerlo, el movimiento termino por despertar al nene, y la verdad no estaba de muy buen humor.

Giulian se comprometió a prender la estufa, y calentar la cena. Mientras los padres se hacían cargo del pequeño berrinche de su hijo, llanto que culmino, cuando le entregaron la pelota plástica recién comprada. Theo comenzó a jugar con papá, pues hace mucho que no lo veía, y aprovecho el momento de acapararlo un poco.

-¿Ya paso? –Pregunto Giulian, al ver a su hermano cruzar la puerta de la cocina.

-Estaba enojado porque lo despertamos, pero Chris le compro una pelota nueva hoy, y créeme que se le pasó el berrinche cuando vio el juguete. –Comento Castiel suspirando –Mi hijo será un materialista. –Soltó rendido. Consiguiendo una carcajada suave, de su hermano menor.

-Exageras, es solo una pelota. Además cumplió su utilidad ¿No? –

-Si –Admitió el doncel –Le quito el berrinche, y ahora está jugando con su papá –Acepto un poco más contento.

Giulian ya había encendido la estufa, en ese momento, estaba comenzado a desarmar las bolsas de compras, dejando cada producto en su lugar. Giulian como una persona organizada, tenía todo muy ordenado, sin embargo no conto que su hermano mayor, metiera las manos en es perfecto orden.

-¿Qué buscas? –Consulto exasperado, al ver todas las bolsas revueltas.

-¡Ya lo encontré! –Aseguro victorioso, alzando la caja plástica de helado.

-Pero vamos a cenar –Regaño el menor, intentado quitarle la caja –Tú no me dejabas ni comer mermelada antes de la cena. –Reprocho. Castiel estaba dando su batalla para entregar la caja.

-¡Sabes que eran razones muy diferentes! –Argumento el doncel –Además solo quiero servirme un poco. Dejare el resto en la heladera –Dijo, comenzando a rebuscar en los cajones, un pequeño plato hondo, para servir su, medio derretido, helado de arándanos.

-Demoro treinta minutos en escogerlo. Deja que coma un poco –Sobresaltando a los hermanos, llego Christopher, llevaba entre los brazos al nene de la casa.

-¿Qué? ¿Tan poco duro el juego padre e hijo? –Consulto Giulian, al verlos en la cocina.

-Todo iba bien, hasta que noto que Castiel ya no estaba. Empezó a llamar a papi, así que se nos terminó el juego –Suspiro –Debo admitirlo. Castiel me gana, y por mucho, cuando se trata de Theo. –El aludido soltó una suave carcajada, mientras su hijo, ya estiraba las manos para volver con papi –Por eso he decidido que mañanera no habrá trabajo. Ya cerré el contrato, y me merezco un tiempo –Afirmo el varóns.

-¡¿En serio?! –Pregunto Castiel. Unto la punta de la cuchara con helado, y le dio de probar al bebé, quien disfrutaba la dulce sustancia, ignorante la conversación de los adultos.

-Claro que es en serio. Ya estoy cansado. Quiero tomarme un tiempo con ustedes tres –Incluyo a Giulian.

-¡Fantástico! –Exclamo Castiel – ¿Escuchaste? ¡Papá no tendrá trabajo mañana! –Hablo Castiel, con el niño entre sus brazos.

Los varones sonrieron. Castiel también merecía un poco de atención, y no solo era el tiempo de calidad en familia. Ambos, tanto Giulian, como el mismo Christopher, habían notado el esfuerzo del doncel por pasar un poco de tiempo con su empresario.

La cena paso rápida. Theo ya estaba agotado, y tan pronto como termino su comida, cayo rendido sobre la silla plástica de comer. Castiel tomo al bebé y lo llevo a su cuarto. Esa tarde Daniel también estaba libre, por lo que el mismo Giulian se ofreció a fregar los trastos. Hablo un rato con Christopher, acerca de temas estudiantiles, y luego el feje de la casa se marchó a su oficina. Y estuvo allí hasta la madrugada.

-Deberías estar durmiendo –Soltó tranquilo.

La presencia detrás de su puerta se erizo de pies a cabeza. Había sido descubierto. Castiel se asomó por el umbral, y observo al varón, con sus lentes de lectura, y la laptop encendida.

-Lamento interrumpirte. Estaba preocupado –Musito, entrando a la oficina, tras un gesto del mismo Christopher.

-¿Qué te preocupa? –Pregunto masajeando el arco de su nariz. Volvió a repetir el gesto con sus manos, provocando que Castiel se acercara al instante.

-Tienes trabajo. Si es una presión para ti tomarte un dias libre, entonces yo... –

-¡¿Qué presión?! ¿Olvidas que soy el jefe? Esto no es nada para mí. –

-Pero ya son las dos de la mañana –Susurro, acariciando con sus manos el cansado rostro. Christopher llevaba por lo menos veinte horas sin dormir.

-Pero no estoy trabajando –Aseguro el azabache. Castiel abrió sus ojos. –Mira esto –Giro el computador y le mostro a Castiel la cartilla de uno de sus hoteles. El doncel no entendía nada.

-¿Dónde esta esté? –Pregunto confundido.

-En el caribe –Respondió sonriente.

-No entiendo. –Negó con la cabeza. Castiel tendía a ser muy lento para muchas cosas, y Christopher además, se lo ponía difícil.

-Es una reservación. Está hecha para unos dos dias más. Así tendremos tiempo de armar nuestras maletas. Quisiera llevar a tu hermano, pero me ha dicho que está en periodo de exámenes, y quiero que se concentre. Sera la para la próxima. –

-¿De que estas hablando? ¡¿Al caribe, y en dos dias?! –Exclamo Castiel sorprendido.

-¿De qué te sorprendes? Tengo un hotel allá, y un avión privado para despegar cuando quiera. Solo tuve que enviar unos mensajes, y partimos en dos dias. No aceptare un no, por respuesta. –Sonrió. La expresión de Castiel era el mejor de los pagos –No tuvimos vacaciones familiares este año, porque Theo estaba muy pequeño, y tu hermano recuperándose de la operación, y preparándose para los exámenes de ingreso. Pero nunca es tarde. –

-Dios mío –Gimoteo Castiel. Lo había dicho antes, y lo repetiría mil veces. Ni en sus más descabellados sueños, habría imaginado aquello. ¡Iría al caribe, y en dos dias!

Notas finales:

¡Eso fue todo! 

Ya lo ven, la idea loca de las vacaciones no estaba en mis planes, pero logre hallar la forma de que todo diga la linea, y estas vacaciones me proporcionaran, dos eventos importantes en la trama. De hecho, esta idea me cayo del cielo.

¿Que les parecio?

Pues yo espero que les haya encantado ;)

Espero sus comentarios, como cada semana.

PD: ¿Han leido "Encuentros de chocolate". Es un fic, que subi hace un tiempo. Es un One-shot, de pascua de resurreccion de nuestros queridos Castiel, y Chris. Si no lo han leido, aqui abajo les dejo el link ;)

http://amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=172496


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).