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Torre de Marfil por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hola amores mios.
Se que me he demorado un monton en traerles la actualizacion, y ustedes saben que lo lamento mucho por eso, pero la universidad, en estos momentos tengo 7 ramos, y estoy empezando mi proyecto de tesis, cosa que incluso me afectado en salud, porque este año he pasado mas tiempo enferma que sana. Aunque con buen animo, asi por lo menos en ese sentido esta todo bien.
Como siempre, les recuerdo que no voy a dejar de escribir, quizas demore, pero apenas encuentre tiempo voy a estar publicando. Asi que muchas gracias por toda su paciencia, y tenga fe, no los abandonare :)

Muchas gracias a todas las personas que comentaron el capitulo anterior, saludos a:Ana, nio1991,valeska, Alba040389ShineeLuhan, moriel8,  juejan, TaroUsui, grishiwatari, DokuroSim, MeroNiakeehl, nori-chan, ditg27, Arikusu, bellkatekyo, Ale801, yesica, Idalia <3 

Capítulo 29: Primera plana.

—Clarissa. —Solo eso salió de boca tras ver la primicia a tan temprana hora de la mañana, ¿y como no hacerlo? ¡El mundo entero estaba hablando de eso!

La fotografía, en efecto, capturaba la ternura de aquel embarazo. Maximiliano se había lucido, no tenía dudas de aquello, los tonos sutiles de las pequeñas flores parecían danzar a su alrededor, mientras que la luz del día y el reflejo de las verdes hojas, hacían ver a su Castiel como un bello capullo en pleno florecimiento. ¿El problema? Era la portada de una revista.

Desde el momento en que Castiel había aceptado ser parte de esa línea de ropa, supo perfectamente lo que venía por delante, incluyendo, claro, la farándula y otro tipo de eventos desafortunados para su gusto.

Torció sus labios luego de dar el segundo mordisco a su tostada, y un gruñido escapo de sus labios al releer el enunciado por décima vez: “Un doncel en el modelaje vuelve loca a la prensa”.

—Cascarrabias, te arrugaras si sigues frunciendo el ceño. —Castiel paso por detrás de él, masajeando un poco sus hombros, antes de depositar un casto beso en sus mejillas. —Sabíamos que pasarían cosas como estas. —Se encogió de hombros el menor.

—Sabía que mi hermana publicaría su nueva línea de ropa, no está tropa de malintencionados. —Corrigió pronto.

—Aun no lo lees, Quizás no es tan malo como piensas. —Animo Castiel, aunque Chris seguía sin parecer muy convencido.

Había pasado poco tiempo de que salieron los resultados de la paternidad, las cosas al fin estaban marchando con calma, justo todo parecía ir “viento en popa”, cuando la sorpresa les dio los buenos días esa mañana.

Chris aun no parecía muy contento, a pesar de que luego de leer la verdadera reseña, supo que Castiel no estaba tan equivocado, y en realidad la nota hacia más referencia a la audacia de su hermana, que al hecho de que los donceles pudieran o no pisar una pasarela. No fue sorpresa para nadie cuando esa tarde más de medio mundo había reaccionado a la noticia, recibiendo tanto aceptación como rechazo.

—¿No se suponía que la primera publicación seria hecha por tus manos? ¡Ni siquiera fuiste capaz de llamarnos Clarissa! —Exclamo el joven empresario molesto. Su hermana había llegado de visita ese sábado por la tarde, y el no perdió un solo segundo antes de incrépala.

La pelinegra se cruzó de piernas sin amilanarse ni un poco. Se había preparado con anterioridad para la reacción de su hermano.

—Fue un tema de urgencia. Y de todos modos no se dijo nada malo, yo estuve muy atenta de todo lo que se fuera a publicar, el jefe de edición en “Rostros”, no tenía intención de hacer quedar mal a nadie, ¡Por el contrario! —

Su hermano lanzo un gruñido bajo, mostrándose al instante, poco convencido, para su lamentable suerte las palabras de su hermana eran ciertas, en realidad el artículo no había hecho quedar mal a nadie.

—Sé que estas molesto Chris, y de verdad lo siento, pero es que todo sucedió muy rápido. Ayer en la noche me llamo Maximiliano, me dijo que tenían lista una nota y que solo necesitaba mi consentimiento para entregar la fotografía de mi amadísimo cuñado en manos de la prensa. Por supuesto me negué en un comienzo, pero luego me mostro todo lo que iba escrito, y además me dijo que su hermano estuvo muy interesado con la noticia también. —

—¿El hermano de Max? —Castiel, que andaba cerca de los hermanos, jugueteando con Theo, se detuvo de pronto y giro a ver a su cuñada con sorpresa.

—Si cariño, de hecho, me ha enviado algo para ti. Llego justo esta mañana. —Abrió su bolso para rebuscar en el interior, no tardando más de un minuto en ubicar el preciado regalo. —La publicación de hecho se hizo por esto. Max le conto a su hermano sobre la línea de ropa que yo lanzaría, cosa que de plano emociono al chico, porque el también el doncel y le encanta todo este tipo de contingencias. Max además le mostro tu foto, y el estuvo encantado con tu apariencia, justo por eso te envió esto. —Clarissa extendió una pequeña cajita a manos de su cuñado.

Con curiosidad Castiel recibió el pequeño objeto, retiro en lazo de la hermosa caja tornasol y al retirar la tapa no pudo hacer otra cosa más que sorprenderse.

—¡Dios, es hermoso! —No hizo falta que nadie le explicara nada. En el interior de la caja, había un precioso collar de plata, la cadena era fina, en el medio había cinco dijes incrustados con zafiros, dos grandes a los costados, y tres pequeños en el medio.

—El hermano de Max, se ha especializado desde muy joven en el diseño de joyería, su familia es adinerada, así que no tuvieron problemas en dar el puntapié inicial a la fructífera empresa, hoy ganan millones en esto, a pesar de que nadie sabe quién es la cabeza detrás de los diseños. —

—Mira Chris. —Castiel tomo a Theo en brazos, recibiendo un rápido reproche de su pareja, que ignoro campalmente. —Somos tu y yo, —dijo emocionado, apuntando a los dijes más grandes, —Estos son Giulian, Theo, y el nuevo bebé. —Chris pareció calmarse un poco al ver la bonita joya, le quito a Theodore de los brazos, en desacuerdo con que su pareja cargara “cosas pesadas”, y luego se dedicó a observar con más detenimiento la bonita joya.

—En verdad es preciosa. —Una sonrisa afloro en sus labios.

—¿Cierto que sí? Ese muchacho se ha inspirado con la fotografía de Castiel, y quiere colaborar con mi línea, ha pensado en hacer un set de joyas con motivos familiares, está poniendo todo de su parte para lanzarla en conjunto conmigo, sus primeros diseños saldrán a la luz dentro de poco, y es por eso que decidí permitir esta publicación. Mientras más revuelo cause, mejor será. —

—¡Ja! Dilo por ti. No me gusta que todo el mundo comente sobre Castiel. —Externo Chris arrugando la nariz.

—No seas terco Christopher, bien sabes que no todos han hablado mal. Esto nos conviene muchísimo. —

Los hermanos se observaron sin decir más palabras, mientras que Castiel a un costado, ya se estaba probando la bellísima joya. Nunca antes se había mostrado emocionado por bisuterías como esa. Sin embargo, esta le había parecido especial, tanto como para querer ponérsela de inmediato. O al menos así fue hasta que descubrió a Theo jalando du cadena.

—Sera mejor que la guardes. —Menciono Chris, en alusión a que su hijo la rompería si seguía jalando de ella. Clarissa sonrio con la enternecedora escena.

—Bueno, bueno, —palmeo sus manos. —Yo creo que es una excelente idea, sus joyas son realmente maravillosas, y esta colaboración, no solo le dará más fama a la línea de ropa, sino que también demostrará que yo no soy la única interesada en sacar a los donceles a la luz. Es toda una estrategia comercial, —guiño un ojo. Christopher suspiro rendido.

—Está bien, tú ganas. —Suspiro. —De todos modos, pensándolo bien no es tan mala idea. —

—¡Es estupenda! —Corrigió su hermana al instante.

Decidieron cambiar de tema después de un rato. La visita de Clarissa había llegado tarde, por eso Castiel decidió dejar a los hermanos tranquilos, ya que Theo se había puesto mañoso debido al cansancio.

—Aprovechando que Castiel ha subido a dormir a Theo. ¿No será pronto el aniversario de ustedes dos? ¿Qué tienes planeado hermanito? —Christopher se tomó su tiempo para responder. Clarissa estaba ansiosa.

—Le compre un reloj de pulsera muy elegante. —

—¿Oro? —Interrumpió su hermana. —Sabes que es lo mínimo que le puedes dar a Castiel. Christopher suspiro.

—Él no es tan interesado como tú, —recalco, —Pero si, es de oro. Además, estoy tramando otra cosa con Giulian, aunque temo que no estará lista a tiempo. —Añadió.

—¿Qué es? —

—No te lo diré. —

—Aguafiestas. —Menciono la mayor, desviando la vista para hacerse la desinteresada. —¿Solo eso tienes? —

—¿Qué más quieres? Él va a estar feliz, el otro día le traje una caja de bombones que aún me agradece. —Comento con seguridad.

—¡Excusas! Claro que quiero más, todos los años le regalas cosas, el anillo, la pulsera el año pasado. No seas aburrido, sácalo a comer, llévalo a un lugar bonito. ¿Hace cuánto que no salen juntos a una cita romántica? ¿Una sweet con vista a la ciudad? Sin que Theo pueda despertar en medio de la noche y arruinarles la diversión. ¡Auch! —Christopher había decidido callar a su hermana con un sutil lanzamiento de cojín.

—Ya entendí. —Corto el menor sin ánimos de escucharle más. —Castiel no permitiría ninguna niñera en esta casa, y si te soy sincero a mí tampoco me gusta la idea. —

—¿Qué tal yo? —Propuso la pelinegra confiada. —Paso la noche aquí, traigo a Mateo para que juegue con su primo, además esta Giulian, él es muy responsable y puede ayudarme a cuidar a los niños mientras hago la cena. Nada puede salir mal. —

Su hermano pareció pensarlo, y Clarissa sonrio al ver esa reacción.

Realmente ¿Cuánto tiempo había pasado desde la ultima vez que tuviera un momento intimo con Castiel? El pasaba sus días trabajando arduamente, y su doncel se dedicaba al hogar y a su hijo con esmero. Eso estaba mal, habían pasado meses desde que estuvo con Castiel sin preocuparse ambos de cualquier otra cosa.

—Bien, acepto. Aunque no quiero que envenenes a mi hijo, pide la cena por delivery, yo pago todo, tu solo encárgate de cuidar de los niños. Theo parece un ángel, pero no creerás lo mal portado que es cuando no está Castiel cerca. —Advirtió.

—Puedo con eso. —Respondió ella sin amilanarse.

Habían cerrado un trato interesante, pero pasaría al menos una semana antes de que la romántica cita pudiera concretarse.

Puede que el aniversario no estuviera más que a la vuelta de la esquina, pero antes de eso tenían una cita, igual o más importante que su celebración.

—Te ves feliz. —Comento mirándole de soslayo.

—Lo estoy, ha pasado un tiempo desde que vi a mi bebé. —Cierto, debido al modelaje de Castiel, la prueba de paternidad, y todas las labores de Christopher, la cita con Robert había terminado aplazándose mucho más de lo que los jóvenes padres podían aguantar. Chris aceptaba que tenía las manos húmedas de la emoción y cada cierto tiempo su corazón daba un brinco ansioso, deseaba llegar cuanto antes a la clínica.

Robert como siempre les recibió con buen ánimo, tomo los exámenes de rutina, peso, circunferencia de cintura, le pregunto a Castiel como estaba llevando su segundo embarazo, tratando de no demorar mucho pues sabía que la pareja estaba ansiosa por ver al bebé.

—Muy bien, ya no les hare esperar más. Ven por aquí Castiel, vamos a ver cómo anda este nenito. —Anuncio emocionado.

Tenía los nervios de punta, sus ojos no se despegaban de la pantalla, estaba emocionado por lo que venía. Robert tardo un poco en enfocar la imagen que después de un par de minutos se mostró.

—Es tan grande. —Soltó Castiel casi sin aire. Recordaba a su bebito pequeño y apenas en formación, ahora se encontraba con la carita de su bebé hermoso, casi diciendo “hola papi, aquí estoy”.

—No llores amor, tienes que estar feliz. —Christopher le toco los hombros. Sabía que Castiel andaba un poco sensible. Arthur le dijo que podían ser las hormonas, había tomado anticonceptivos hasta hace poco, y sus hormonas habían sufrido un desequilibrio mayor al primer embarazo.

Castiel limpio sus lágrimas con el borde de su suéter.

—No hace falta que les diga que este nene está perfecto, tiene el tamaño y peso adecuado, está muy bien formado, y todo parece ir de maravilla. Lo estás haciendo muy bien Castiel, al parecer tenemos a otro niño sano en camino. —Acoto.

Castiel sonrió sintiéndose orgulloso. La culpa de haber rechazado a su bebé aun le carcomía, y por eso había puesto el doble de esfuerzo en hacer que su nuevo hijo sintiera todo su amor y cuidado.

—Yo lo veo todo bien, los dejare escuchar los latidos, y luego podremos volver a mi oficina para hablar de lo que está por delante. —

Castiel apretó la mano de Chris cuando los rápidos latidos comenzaron a inundar el cuarto, no había sonido más bonito para el que ese. Su hermoso principito tenía un corazón fuerte y sano.

Robert no tenía más indicaciones que darle, le receto unas vitaminas solo para cuidarse del futuro invierno, además de recomendarle varias vacunas, solo como prevención. Castiel se comprometió gustoso a ponérselas, anotando en su mente que también debía llevar a Theo por sus vacunas, quizás incluir a Giulian en sus planes no estaría mal.

—No me había dado cuenta de lo poco que falta para que llegue. No le tenemos ropa, ni habitación, creo es hora de que nos pongamos en marcha con eso. —Comento Christopher. Castiel asintió de cuerdo.

—Estuve pensando que podríamos mover a Giulian, la habitación de la esquina es más grande y él podría aprovecharla mejor, Theo esta más grande ahora, así que él puede dormir en la actual habitación de Giulian, y al nuevo bebé lo tendríamos en la pieza de Theo para que esté más cerca de nosotros. —Ideo Castiel.

Chris debía reconocer que eso le había encantado, no solo la idea, sino también la seguridad con la que Castiel proponía cambios dentro de su hogar. Hace tiempo el doncel le pedía permisos hasta para poner un clavo en la habitación, y hoy ya era capaz de idear grandes cambios sin siquiera pedirle permiso.

—Me parece una idea excelente, aunque me gustaría incluir una conexión entre los cuartos de los niños. Tu sabes que Theo es muy independiente, sin embargo, aún es pequeño, y de vez en cuando se pasa a nuestra cama. —Añadió.

—Tienes razón. —Compartió Castiel. —Me emociona mucho sus nuevas habitaciones, Theo ya no necesita más la cuna, deberíamos también comprarle una cama nuevas, quizás podría tener unos pequeños barrotes para cuidar que no que caiga nada más.

—Yo también había pensado en algo como eso. —

—¡Decidido! —Exclamo Castiel.

Chris también había parecido emocionarse con la idea. Tenía tantos proyectos por concretar, y apenas cuatro meses para hacerlo.

Estaciono el auto fuera de casa, apago el motor y acerco sus labios al oído de su pareja.

—Falta poco para nuestro aniversario. —Susurro, dejando su aliento cálido sobre la mejilla del sonrojado doncel.

Castiel se giró un poco, dejando sus labios a uno centímetros de Chris, tomo otro pequeño impulso para concretar el sutil beso, aguardo unos segundos antes de separes.

—Lo sé. —Murmuro sobre los labios de Christopher. Ambos sonrieron con complicidad, y dejaron pasar unos minutos antes de separarse casi a regañadientes.

Llegaron a casa cargados de buenas vibras, todo iba bien con el nuevo bebé, todo iba bien con su relación, con su vida familiar. Después de mucho tiempo, al fin sabían que todo iba bien. Justo por eso debían aprovechar tanto como les fuera posible, mientras dure aquella silenciosa calma.

 

Notas finales:

Muchas gracias por llegar hasta aqui. Como siempre espero que les haya encantado el capitulo. Intentare no demorarme tanto en actualizar, para que puedan ver dentro de poco el aniversario de estos tiernos tortolitos <3
Muchas gracias por todo el apoyo, espero que esta vez tambien me dejen algun comentario <3
Nos leemos pronto~


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