—Él es un chico atractivo —Yongguk alabó a su pareja.
—Gracias. —Suho estaba de acuerdo al cien por ciento. Su pareja era un hombre atractivo. Tenía el cabello rubio arena mezclado de café, corto, y se veía esponjoso. Su pareja tenía los ojos más verdes que hubiera visto, simplemente magnífico. Yixing sólo media un metro setenta y uno y pesaba cincuenta kilos, quizás cincuenta y cinco.
Sonrió mientras veía a su pareja contonearse por el cuarto. Suho tenía razón, era muy femenino. Pero lo encendía. Amaba la pintura de uñas y esperaba pasar muchas noches viéndolo pintárselas. Suho mentalmente gruñó ante la imagen.
—Camina como una chica —Yongguk se rió.
Suho gruñó hacia su hermano. —No te atrevas a hablar así de él. —Una cosa era que se burlaran de él y otra que jugaran con su pareja. Los hermanos eran una maldición si él tenía decisión en eso.
No permitiría que nadie lo insultara. Su instinto protector lo golpeó y Suho estaba listo para golpear el culo de Yongguk por sus palabras.
—Hey, Suho, era sólo una broma. Realmente se ve como un tipo muy agradable.
Suho no quería oír eso. Vio a su pareja salir y estaba feliz de tener una excusa para alejarse de su hermano. Yongguk lo había enojado y Suho no quería hablar con él ahora.
Suho encendió la motocicleta, ignorando a Yongguk mientras se alejaba, estacionándose al lado del carro de su pareja mientras su pareja lo abría. —¿Olvidaste nuestra cita?—Sonrió al ver la bolsa para hombres en su hombro. Eso era muy conmovedor.
Vio la cara de Yixing iluminarse cuando vio a Suho y entonces su expresión se perdió. Debió de haber sido por la anterior llamada.
—No puedo ir. Tengo que ir a casa de mi mamá y recoger la cena para mi hermanito.
—¿Eso es todo? Puedo ir contigo. —Suho se rió ante lo trivial del problema. Su pequeño hombre lo había preocupado por un momento. Por un segundo temió que Yixing hubiera cambiado de opinión. Eso no hubiera sido un buen presagio para Suho.
El pánico se formó en la cara de su pareja, levantó las manos y las movió frente a él. —No, no puedes ir.
Otro pensamiento se le ocurrió a Suho y se enojó. Se bajó de la motocicleta y se puso de pie en todo su metro noventa y cinco de altura. —¿Te avergüenzas de mi?
—¡Infiernos, no! Marcharía gritando a todo el mundo que eres mio si tuviera elección. Temo que conozcas a mi mamá. —Su pareja se apoyó en el carro y vio a Suho con ruego en su mirada mientras jugaba con su bolsa.
—¿Ella está enferma? ¿Inválida? Puedo manejar eso. Nunca deberías de avergonzarte de tu madre.
—No conoces a mi mamá —Yixing murmuró.
—Entonces déjame conocerla. Vamos, sube conmigo.
Yixing le sonrió y el corazón de Suho se saltó un latido. Esa hermosa sonrisa sólo aumentaba la belleza de su pareja. —¿Cómo se supone que le llevaría la cena de Zelo? ¿Amarrada a mi espalda?
—Buen punto. Correcto, entonces te seguiré. —No renunciaría. Ella no podía ser tan mala como él la hacía parecer. Suho sabía cómo mostrar su encanto, especialmente considerando que ella era la madre de su pareja.
—Será agradable que la conozcas —dijo Yixing mientras entraba a su carro y cerraba la puerta. Está bien, ahora Suho estaba curioso como el infierno.
Manejaron durante quince minutos y tomaron la siguiente salida. Suho disfrutó el viaje, aunque le preocupó ver a su pareja girar abruptamente. ¿El chico sabría manejar?
Suho entró a un camino de tierra, siguiendo a su pareja a una pequeña granja. Se estacionó detrás de Yixing, admirando la vista. Hombre, su pareja tenía un buen trasero.
Yixing salió del carro y toda su conducta cambió. Su cara era una máscara y caminaba tenso y derecho, y apenas si miraba a Suho.
Suho llegó al lado de Yixing justo cuando él tocó la puerta. El pequeño hombre jugueteó con su dios, horrible uniforme, y entonces se tensó de nuevo cuando una mujer mayor contestó la puerta. —Vamos, entra, Yixing.
Suho siguió a su pareja al interior viendo la enorme cantidad de muñecas y de pequeñas decoraciones. La casa olía a naftalina (alcanfor). Suho sonrió cuando la madre de Yixing se giró hacia su hijo con una cacerola. —Ahora dile a Zelo que lo caliente durante tres cuartos de hora. Vigílalo. Sabes que tu hermano olvida el horno y deja que se queme.
—Mamá, él es Suho. —Yixing se detuvo al lado de Suho y tomó su mano.
—No olvides regresarme el plato.
—Mamá, él es Suho, mi nuevo novio —Yixing trató de nuevo.
—Asegúrate de lavarlo primero. No hay nada peor que devolverle el plato sucio a alguien.
—Hola. —Suho se movió hacia adelante y le ofreció su mano. La madre de su pareja la vio y después a Suho, como si lo viera por primera vez. Ella parpadeó y entonces vio de nuevo a Yixing.
—Ahora ve. No quiero que eso esté demasiado tiempo fuera del horno.
Yixing dejó la mano de Suho y tomó el Pyrex (envase), se dio media vuelta y salió. —Te lo dije —dijo su pareja apretando los dientes.
—¿Ella siempre trata a tus novios de esa manera?— Suho odiaba preguntar. El pensar en Yixing con alguien más lo volvía loco, pero necesitaba saber más acerca de la vida en casa de su pareja así podría saber cómo manejar las cosas.
Yixing dejó el platón en el asiento del frente y se giró, sus ojos estaban húmedos. Suho quería jalar al pequeño hombre a sus brazos pero permitió que su pareja hablara.
—Ella cree que elegí ser gay, y que lo hice para molestarla. Mi mamá cree que si encuentro a la chica correcta, olvidaré que soy gay y seré feliz. Ella odia la manera en que me visto, la manera en que camino y que me pinte las uñas. Ella dice que debí de haber nacido como su hija. —A Yixing se le quedó atrapado el aliento mientras subía al carro y cerraba la puerta.
Suho podía ver que su pareja se limpió las lágrimas. No estaba seguro si debería dejar a Yixing conducir, pero su pareja ya salía antes de que Suho pudiera opinar. Rápidamente encendió su motocicleta y siguió a su pequeño hombre al departamento.
—Me demoraré sólo unos minutos. ¿Te gustaría subir?— Yixing preguntó como si la escena en la casa de su madre nunca hubiera sucedido. Hablando de negación.
—Aunque necesito ducharme y cambiarme de ropa. No estaría bien ir a cenar a tu casa viéndome de esta manera.
r13;Yixing pasó sus manos por su uniforme y sonrió—. Vamos.
Suho siguió a su hombre arriba de las escaleras, sosteniendo el platón mientras el pequeño hombre insertaba la llave en la puerta. Su unicornio le señaló la cocina, indicándole a Suho que dejara el plato en la estufa. —Es bueno que vaya a comer en tu casa. Mamá sólo hizo comida para Zelo.
—Pero eso es suficiente para ambos y para dos días —Suho indicó.
—Pero ella sólo lo hizo para su muy hetero hijo. Quien por cierto para nada es hetero. —Yixing resopló y dejó a Suho solo, un momento después se oyó la ducha. ¿Cómo jodidos era eso?
¿Cómo puede olvidarse de un hijo y consentir al otro? Suho tomó asiento en el sofá y entonces se levantó, quitando un pedazo de pizza que se le había pegado a la parte de atrás de la pierna del pantalón. Miró alrededor y encontró el bote de basura y lo tiró, limpiándose los jeans con toallas de papel que encontró en la cocina. ¿Sería su pareja tan desordenado? No parecía de ese tipo.
—Casi estoy listo, ¿quieres venir aquí? —Yixing le gritó desde el pasillo. El pene de Suho tomó vida con la imagen de Yixing de pie en su gloriosa desnudez. Con la imagen siguió la voz al interior de la recámara. Se detuvo de repente cuando vio a su pareja junto a la cama. Maldición, él estaba vestido.
Su pequeño hombre se rió. —No te muestres tan sorprendido. No lo hago en mi primera cita. Generalmente, en la mayoría, bueno, algo así. —Se reía graciosamente.
Suho cruzó el cuarto y jaló a Yixing a sus brazos. —No lo harás con nadie más, excepto conmigo.
—¿Es eso cierto?— Yixing bromeó, con una chispa de diversión en su mirada—. ¿Y qué si lo hago?
—Tendría que matar al tipo lo suficientemente estúpido como para dormir con mi pareja. —Suho levantó a Yixing en sus brazos e inhaló de nuevo su olor. Duraznos y rocío de la mañana—. Nunca juegues juegos peligrosos conmigo. Tomo el lazo seriamente.
—Está bien, gran socio. Eres un poco exagerado al reclamarme cuando acabas de conocerme. —Yixing se apartó y miró a Suho a los ojos—. ¿Necesito preocuparme?
Quería sonreír. Si Yixing supiera lo seguro que realmente estaba. —Nunca tendrás que preocuparte cuando estés conmigo.
—Suho pasó sus nudillos bajo el mentón de Yixing, levantándolo para un ardiente beso. Su unicornio envolvió las piernas alrededor de la cintura, jalando el cabello de Suho mientras se abría para la exploración de la lengua de Suho. El sabor era incluso mejor que el olor.
Yixing quebró el beso. —Cambié de opinión. Lo haré
r13;jadeó.
Suho estaba totalmente de acuerdo con eso. Su pene estaba incluso más duro cuando sus manos recorrieron la espalda de su pareja y acunaron su lindo y redondo trasero. El pensar en hundirse en la piel de su pareja hizo que sus encías dolieran y sus caninos amenazaran con mostrarse.
Luchaba contra el cambio, sabiendo lo mucho que eso podría asustar ahora a su pareja.
—Hey, Lay.
Su pareja gruñó. —Suho, él es mi hermanito Zelo. Zelo, él es Suho. —Suho se giró para ver al mucho más alto que su pareja hombre. ¿Hermanito?
—Hola. —Suho extendió la mano, esperando ver si él le daría la misma fría recepción.
—Genial. —Zelo chocó los nudillos con los de él. Está bien, Suho decidió que él le agradaba. Zelo lo miró fijamente y entonces se carcajeó—. Tú tienes un bulto encendido en tu pecho, hombre.
—Señaló a su hermano.
—Uno muy sexy. —Suho le sonrió a su pareja.
—Dejé la cacerola en el horno, estará lista pronto. —Zelo los veía a ambos. Suho se preguntaba sobre las anteriores palabras de su pareja. ¿Estaría el hermano de Yixing en el closet?
—Lo siento, Suho me invitó a cenar. ¿Puede él venir?— Yixing le preguntó a Suho.
Suho movió las manos del trasero de Yixing y le frotó la espalda, amaba finalmente el tener a su pareja en sus brazos. Nada en el mundo se sentía mejor. —Siempre será bienvenido.
—No, no juego a la tercera rueda. Ustedes dos diviertanse.
r13;Zelo salió del cuarto y los dejó solos.
Suho pasó su mano por la espalda de su unicornio, sintiendo una ligera decepción. —Supongo que ahora no lo haremos.
—No, no puedo dejar que Zelo oiga. —Su pareja decía las palabras pero se empujaba hacia el abdomen de Suho, llevándolo a una absoluta locura. Se moría por lanzar a su pareja a la cama y portarse travieso con él. Su boca se hacía agua al pensar en chupar a su pareja. Apostaba a que Yixing tenía un lindo y gordo pene.
El agujero de Suho se apretaba con el pensamiento. ¿Podría Yixing jugar al activo? Con lo femenino que su pareja era, él no lo creía. No importaba, sólo estar con su pareja era suficiente. Después de todo, él tenía un lindo trasero.
—¿Él es gay? —Suho preguntó besando el cuello de Yixing. De cualquier manera ellos no iban a salir de este cuarto, no pronto.
—Lo es. Sólo que nunca lo ha admitido —Yixing contestó inclinando la cabeza a un lado.
Suho acunó el trasero de su pareja, masajeándolo con las yemas de los dedos. Era tan suave que moría por hundirse en él.
r13;¿Entonces cómo lo sabes?
—Un hermano sabe.
—Supongo.
—Suéltame para que pueda terminar de arreglarme. r13;Yixing se movió, Suho sintió y ahora vio la evidencia de la erección de su pareja. Estaba muy impresionado con el tamaño del bulto de su unicornio. Eso no era tan pequeño.
—Te ves tan bueno como para comerte, unicornio. —Se alejó antes de ceder a la urgencia de tomar a su pareja, lanzarlo a la cama y hacer su camino en él. Suho presionó la palma de su mano en su erección. Eso no ayudó. Por suerte su pareja no vio el movimiento o ellos no saldrían de aquí.
—¿Por qué me dices unicornio? Recuerdo algo de mis clases de Chino en la preparatoria.
—Porque eres tan pequeño, tan frágil, y muy ligero.
—No soy una chica —dijo Yixing haciendo pucheros mientras tomaba su bolsa. Pasó su mano a través de su cabello, dándole a Suho una muy traviesa mirada.
Iba a disfrutar conocer a su pareja. El hombre parecía tener muchas capas de personalidad y él iba a divertirse descubriendo cada una.
Sus ojos veían a su pareja de arriba abajo, apreciando todo lo que veía. La erección estaba a punto de explotar dentro de los ajustados jeans de Yixing teniéndolo listo para caer de rodillas. —No, no lo eres, unicornio.
Yixing se giró y se aplicó brillo en los labios. Empezó a revisar en el cajón de su cómoda. El pequeño hombre tenía fascinado a Suho. —Puedo sentirte viéndome, ¿estás viendo mi trasero?
—Porque estoy viéndote, y estoy viendo todo eso. —Suho se rió.
—Estoy listo —su pareja declaró, girándose y dándole a Suho una adorable sonrisa.
Ellos dejaron el cuarto, Suho veía el trasero de Yixing contoneándose de un lado a otro mientras caminaba. Eso era hipnótico. Le recordaba un tazón de gelatina moviéndose. No iba a salir cuerdo de aquí si seguía viendo esa danza.
Yixing asomó la cabeza en la otra recámara. Zelo estaba sentado en la cama. —Nosotros nos vamos. ¿Estás seguro de que no quieres venir
—No, pero si la comida es buena, ¿podrías traerme algo?—
—Eso me recuerda, no olvides la cacerola.
—No lo haré. —Zelo se levantó y se dirigió a la cocina—. Me sentaré aquí a vigilarla.
—Está bien, te amo, pequeño. —Yixing besó la mejilla de su hermano, Zelo se ruborizó y se alejó cuando Suho le sonrió. Le gustaba ver a una apegada familia. Aunque sus hermanos y él no se demostraban ese tipo de afecto, ellos aun así eran apegados. Aunque aun así Suho no podía ver a Zelo como pequeño.
—No lo esperes levantado. —Suho le dio un guiño a Zelo antes de salir.
Siguió al pequeño hombre escaleras abajo luchando por alejar la mirada del tentador postre del trasero de Yixing. —Montas conmigo. —Suho subió a su motocicleta dándole el casco extra que había atado en el asiento trasero.
—Nunca he montado en motocicleta antes. Debe ser divertido.
Suho gruñó cuando su pareja subió detrás de él y se sentó, aparentemente aun tenía una erección porque Suho podía sentirla contra su culo, tenía una urgencia de gemir. Por lo que se veía de su pareja sus días de ser un ocasional pasivo habían terminado.
Se sacrificaría por su pequeño hombre, pero él lo extrañaría. Suho se dirigió a la Casa manteniendo la velocidad en el límite cuidando de su unicornio en el asiento trasero de la motocicleta. Entró al camino de grava y ayudó a Yixing a bajar cuando se estacionó.
—No te asustes con los hombres de aquí. Ellos son tipos agradables. —Al menos esperaba que se comportaran. «Y por favor que nadie cambie frente a él».
—Seguro que estaré bien. —Yixing le sonrío. Suho vio cómo su pareja sacaba un pequeño espejo de su bolsa y se volvía a aplicar brillo en los labios y alborotarse el cabello, entonces lo guardó en su bolsa. De nuevo, se encontraba fascinado como el infierno. r13;¿Listo?
—Si, vamos. —Su pareja tomó la mano de Suho.
Guió a Yixing al caos total. Suho gruñó. ¿Por qué habían elegido esa noche para eso?
Taemin, Eli, Leeteuk, Rasa, Xiumin y DongHae corrían alrededor, disparándole a los otros con pistolas de agua. Del tipo de gran reserva.
El vestíbulo estaba inundado. Suho levantó a uno de los gemelos de Byun mientras el pequeño trataba de correr con ellos y casi se le escapa.
—Gracias. —Chan Hee tomó al risueño niño de sus brazos—. Tae Hyung cree que es un artista del escape.
Suho Le sonrió al pequeño. Era una delicia tener a los gemelos en la casa. Byun y Chan Hee parecían pasarse la mayor parte del tiempo cazándolos. El pequeño se retorcía y colocaba las húmedas manos en la cara de su padre.
Tae Hyung se carcajeó cuando Chan Hee soplaba sobre su abdomen. El sonido llenó el vestíbulo e hizo que el lugar realmente pareciera un hogar. —Vamos, campeón, busquemos a tu hermano
—dijo Chan Hee alejándose con el pequeño seguro en sus brazos.
—Me gusta aquí. —Yixing tenía una gran sonrisa en su carar13;. ¿Es siempre tan vivo?
—Siempre. —Suho se sintió aliviado de que su pareja no tratara de huir. Incluyéndose él y a los niños, treinta y nueve personas vivían aquí. Esto siempre era muy vivo.
—Hola, soy Leeteuk —un empapado hombre se presentó.
Yixing se rió graciosamente. —Encantado de conocerte. Soy Lay —dijo estrechando la mano de Leeteuk.
Suho se giró hacia su pareja, con las cejas juntas. —¿Pensé que dijiste Yixing?
—Así es, pero todo el mundo me dice Lay.
—¿Cuál prefieres?
—No sé. Me gustan ambos.
Suho asintió. A él también le gustaban ambos. —Está bien, Yixing. Vamos a alimentarte.
—Después. —Eli corrió y dejó una pistola de agua en la mano de Yixing, le disparó a Suho y se alejó. Su pareja le dio su bolsa y corrió tras Eli.
—No puedes dispararle a mi novio. —Yixing se reía graciosamente. A Suho le gustaba cómo su pareja lo reclamaba sin problema. Después de todo quizás explicarle todo eso de los shifter no iba a ser tan difícil.
Yixing corrió por el pasillo disparando hacia atrás mientras corría hacia Suho. —Asumo que él no muerde dado que lo dejan andar libre —dijo Yixing detrás de él.
Suho vio a Ren cazar a su pareja en su forma de tigre…
r13;Uh, no, él no te hará daño. —¿Pudo haber momento para traer a su pareja a conocer a momento sería bueno, pero al parecer esta habían perdido la cabeza escogido un peor momento para jugar en familia.
—Bueno. —Yixing le disparó a Ren en la cara con la pistola de agua y corrió en dirección opuesta. Suho se inclinó y frotó detrás de las orejas a Ren.
—Juega lindo con mi pareja, no lo asustes. Ren asintió y salió detrás de Yixing.
—¿Empezó de inmediato, no es así?
Suho miró alrededor y vio al Alfa Jongin apoyado en el arco de entrada al estudio. —¿Amas sorprender con estas tonterías a tu pareja, verdad?
—Cada minuto de eso. Lindo bolso.
Suho vio el bolso negro en su mano, con lentejuelas por todos lados. —Es de Yixing. —Suho lo colocó bajo su brazo, no quería perder las cosas de su pareja—. ¿Te burlarás de él?
—Para nada, aquí podemos ser nosotros mismos. Recuerda eso. —Jongin desapareció por el pasillo.
Yixing llegó corriendo. —Esto es divertido. —Sonrió de oreja a oreja. El agua empapaba su camisa, revelando dos muy levantados y oscuros pezones. Quizás su pareja no debió de estar usando una camisa blanca.
—Necesitas secarte. —Suho no quería que nadie viera ninguna parte de su pequeño hombre que no estuviera cubierto por ropa.Ropa seca.
—Alguien se oye celoso. —Yixing se reía graciosamente mientras balanceaba la pistola de agua sobre su hombro—. Prometí no hacerlo.
Suho gruñó y guió a su pareja hacia su recámara. —Puedes secarte aquí.
—Creo que planeaste todo esto. ¿Quieres tu botín?— Yixing se giró y contoneó su trasero de gelatina.
Suho lanzó la bolsa a la cama y tomó los dos llenos y suaves montículos. —Sólo si quieres, unicornio.
—Lo he querido desde el momento en que puse los ojos en ti
—Yixing ronroneó, quitándose la camisa mojada y dejándola colgada en el respaldo de la silla que estaba al lado de la ventana que iba del techo al suelo.
—¿Te gusta? —Yixing pasó la punta de sus dedos alrededor de esos pequeños discos de color café. Suho asintió, lamiendo los dedos mientras veía cómo trazaba los dedos alrededor de esas dos delicias.
—Me gusta. —Suho quiso alcanzarlo pero Yixing lo detuvo.
—Espera. —Levantó las manos e inclinó la cabeza a un lador13;. Aun seguirás queriendo estar conmigo incluso si lo hago, ¿verdad?
—No tienes ni idea. No te dejaré ir. —Suho tomó las manos de su pareja entre las suyas, jalando al pequeño hombre. Llegó detrás de Yixing y masajeó la suave carne. Su pareja tenía un culo que le fascinaba como el infierno.
—Está bien, voy a aceptar eso —Yixing gimió.
Suho levantó a su pareja y lo llevó a su cama. Lanzó la bolsa a la silla, viéndola caer en el asiento. Suho vio hacia la más perfecta creación de Dios. —Eres digno de adoración, unicornio.
—Di eso de nuevo después de que me entregue y creeré que lo quieres decir —Yixing bromeó. Su pareja pudo decir las palabras en broma, pero él podía ver en los ojos de Yixing que tenía miedo de que Suho pudiera dejarlo.
Suho se inclinó y chupó los tentadores círculos lamiendo incluso las elevadas puntas, la piel se endureció bajo su lengua. Pellizcó al desatendido y lo rodeó entre sus dedos. El sabor de su pareja era delicioso.
Yixing pasó sus manos a través del cabello de Suho, gimiendo y moviéndose. Suho liberó el pezón, besó la línea lampiña del esternón y atrapó el otro pezón. Sus pulgares rozaron el anterior y luego lo dejaron, pellizcando y rodando el otro.
Llevó el pezón a su boca deteniéndolo entre los dientes, mordiéndolo ligeramente y entonces lamió el ardor en el levantado pezón. Sopló la húmeda piel viendo que se estremecía y levantaba.
Yixing envolvió sus piernas alrededor de la espalda de Suho, presionando su pene contra su abdomen. Suho estaba ansioso de ver lo que parecía un prometedor pene, pero quería tomarse su tiempo, hacerle el amor al cuerpo de su pareja. No había necesidad de apresurarse.
Suho pasó sus manos por el costado de su pequeña pareja, sintiendo que el pequeño hombre se estremecía con su toque. Amaba cómo su pareja respondía, entregándose. Golpeaba su ego el saber que Yixing le daba la bienvenida.
Suho bajó, desabrochando los jeans de su unicornio, deslizando la mano por la pretina y sacándolo. Al infierno con esperar. El pene de Yixing estaba demandando audiencia.
Dejó el pezón y vio al más grande pene que hubiera visto. Tan largo que pasaba el nivel del ombligo de su pareja. —Santa mierda.
Yixing se mordió el labio inferior. Sabía de su anormalmente largo pene. La mayoría de los hombres se intimidaban por su pene. Rezó porque Suho no fuera uno de esos y entonces lo hiciera a un lado. Algunos hombres no podían manejar ser sobrepasados en longitud y grosor.
—¿Algo está mal?— preguntó nervioso. Yixing estaba aterrado de que Suho cambiara de opinión, que le dijera que esto no iba a funcionar. No sería la primera vez que lo oyera. Pero por alguna razón el pensar que Suho lo dijera le dolía más de lo que normalmente lo hacía.
Suho levantó la vista hacia él, sus ojos bien abiertos y sus labios ligeramente abiertos. ¿Ese era un buen signo? Yixing pensó que él iba a perder la cabeza esperando a que Suho dijera algo, cualquier cosa. Él lo miraba fijamente, haciéndolo sentir cohibido y queriendo desesperadamente subirse la ropa.
—Ni una maldita cosa, unicornio.
Yixing soltó una respiración de alivio. Debería de haber sabido que Suho no era como la mayoría de los hombres. El intenso interés y la manera como lo veía eran signos de que Suho era diferente.
Se acostó sobre su espalda cuando Suho subía sobre él en la cama y se acomodaba entre sus piernas. Suspiró antes de que su pene se moviera. El hombre era tan malditamente caliente.
—Hazlo de nuevo.
continuara...