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Padres del siglo por niky-cham

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Notas del capitulo:

hulas, ando a la rapida, espero que les encante el capitulo, mis agrademientos por sus comentarios :)

 slendermananderson Usami Tenshi, havi, tu mas resiente fan, LinnTakahashiUsami., Iza,  Misaki Usami-2002 ATANIH.

Capítulo 29: Pequeños cuidados para un gran resultado.

Un mes había pasado desde su boda, Hiroki estaba dichoso con su embarazo, aun cuando vomitaba casi todas las mañanas, desde hacía más o menos dos semanas atrás.

Hace poco también que habían conseguido  ver al bebe, al principio era tan pequeño que en todas la primeras sesiones había sido imposible identificarlo, en la última de ellas consiguieron ver una pequeña mancha blanca sin mucha forma, la pequeña y más hermosa manchita que habían visto en su vida.

Toda la familia se había propuesto a ayudar a Hiroki, los amigos también colaboraban cuanto podrían, sin embargo los más comprometidos eran Nowaki y Haru.

-Buenos dias Hiro-san- Nowaki ingresaba por la puerta de la habitación, se suponía que al cambiar de trabajo cosas como esas ya no debían suceder, sin embargo la noche anterior le habían llamado para que cubriera un turno nocturno en el área hospitalaria de pediatría, además de eso también presto servicios a la sala de emergencias de la clínica, durante la noche.

-Buenos dias- Contesto el castaño medio desganado, tenía puesto el programa matinal en una pequeña televisión sobre un mueble medianamente alejado de la cama.

La madre del Hiroki había pasado temprano para ayudarle a preparar a Haru y de paso lo había llevado a la escuela, pues su hijo definitivamente no estaba en condiciones de hacerlo.

-¿Pudiste tomar desayuno?- Ya la pregunta no era si lo hacía, más bien si lograba hacerlo.

-Lo siento Nowaki, tengo el estómago revuelto, no creo poder comer nada- Contesto levantando la vista, su rostro pálido y enfermizo era desalentador, pero el pelinegro ya se había acostumbrado a eso, las náuseas casi siempre duraban solo una pequeña parte de la mañana, a eso de las 11:00 am el castaño comenzaba a mejorar y para la tarde el brillo volvía a su rostro con fulgor y energía.

-No te preocupes, no es tu culpa- La amplia mano de Nowaki acaricio sus cabellos y el menor sonrió a su amado Hiro-san- Vengo de inmediato, te hare un té para que afirmes un poco el estómago.

El castaño simplemente asintió, generalmente no aceptaba eso de nadie, sin embargo las infusiones que preparaba Nowaki eran magnificas, su amado ojiazul le había contado que hacía tiempo también fue parte de unos de sus muchos trabajos así que era literalmente un experto.

Pronto el menor regreso, en sus manos traía una humeante taza de té, era larga y tenía bellos diseños sobrios en su borde.

-Esto te hará sentir mejor, y le agregue un poco de manzanilla- Guiño su ojo, Hiroki sonrió al instante.

En sus embarazos anteriores no había presentado antojos hasta los tres o cuatro meses, tal vez ahora solo era un capricho suyo, pero el hecho en sí era que doraba la manzanilla y no solo era en comestibles, le había rogado a Nowaki que comprara algún aerosol para llenar la casa del suave aroma, Akihiko que le había regalado un pequeño ramo que tenía junto a su cama en un lindo florero, varias flores pequeñas de pétalos blancos se asomaban para dar saludo a la futura madre, Hiroki sin dudas estaba obsesionado con la manzanilla.

-Gracias, Nowaki, sé que debería estar atendiéndote, te vez cansado ¿quieres dormir un poco?- Se movió hacia uno de los costados de la cama, dejando espacio libre al menor para que se recostara junto a él.

-No digas eso, me encanta atenderte, a ti a mi pequeñín o pequeñina en camino- acaricio el vientre del mayor, por supuesto tan plano como hacía un mes atrás- Dame un momento- Comenzó a quitarse las ropas, se puso mucho más cómodo y luego se metió entre las sabanas para ver un poco del programa matinal que su amado tenia puesto.

No pretendía hacerlo, pero poco a poco el cansancio le fue ganando, allí era cuando se daba cuenta que ya no seguía siendo el mismo joven hiperactivo de antes, ahora le gustaba estar en casa abrazado a su castaño, no se imaginaba a si mismo dejando la clínica para correr a algún trabajo a medio tiempo, ahora esa situación se le tornaba una real locura, pues en ese mismo instante lo único que deseaba su cuerpo era descansar. Y así lo hizo, en poco tiempo se quedó dormido, mientras Hiroki acariciaba sus cabellos distraídamente y bebía emocionado su dulce té con esencia a manzanilla.

Mientras Nowaki dormía, Hiroki fue recuperando de a poco la energía. A eso de las 12:00 pm, decidió levantarse, ya llevaba demasiado tiempo en la cama, eso no era correcto para el muy activo y productivo castaño.

-Suficiente bebé, es hora de salir de la cama y comer un poco- Hablo muy bajito, y paso su mano suavemente por el vientre liso y terso, luego camino hasta la cocina, primero comería algo nutritivo, después prepararía algo para el almuerzo.

Eso era siempre positivo en el castaño, antes podía ser un inconsciente con todo, si no se sentía bien para comer no lo hacía y ya, pero esta vez, era diferente, ahora se esforzaba por comer al menos lo necesario para mantenerse sano, por el bien de su bebe, cuando tenía nauseas se dedicaba a beber una gran cantidad de líquidos, para no deshidratarse y luego cuando estas desaparecían, tomaba sus comidas normalmente como todos los dias, desayuno, almuerzo y cena.

Ese día sería un desayuno bastante poco elaborado, tomo una jarra con yogurt y sirvió un poco en un simple vaso, luego tomo una manzana y una barra de cereal, un desayuno exageradamente simple, pero que sería capaz de aportar una buena cantidad de carbohidratos a su dieta.

Comió solo sentado en el sofá, cuando termino, asomo su cabeza por la puerta de su habitación, contemplo como su esposo dormía cómicamente abrazado a una larga almohada, seguro simulando que ese objeto era su amado Hiro-san. Cerró la puerta de la habitación y se marchó.

Había un habito que no conseguía quitarse de encima, cada día sin importar la hora visitaba el antiguo cuarto de su hijo, aunque fueran solo unos segundos, se sentaba en su querida mecedora y prendía la pequeña vela blanca y la volvía a dejar sobre el mueble, junto a la imagen de su bebé.

-Más adelante tendremos que arreglar esta habitación para el nuevo bebé, pero no te preocupes, está siempre será tu habitación- su voz suave y calma, resonaba entre las tiernas paredes de aquella alcoba- No sé qué haremos con todas tus cosas, no soy capaz de botarlas a la basura, bueno gran parte de tus juguetes y algunas ropas se las daremos a tu hermanito o hermanita- De pronto soltó un dulce carcajada- Después de todo si pudiste heredarle algunas cosas a tu hermano menor- A cualquier a esa conversación podría parecer escalofriante, sin embargo Hiroki reconocía el hecho de hablar con su hijo, como una forma de no olvidarlo.

Solo eran unos minutos, lo alcanzaba a mecerse más de quince veces en el pequeño lapso que estaba en esa habitación.

-Cuida a tu hermanito o hermanita ¿Si? No dejes que nada malo le suceda- soplo suavemente para apagar la vela y luego paso sus mano con delicadeza sobre la ecografía de su bebe, sonrió nostálgico, y se levantó de la mecedora- Nos vemos mañana.

Salió de la habitación como si nada sucediera, se fue raudo a la cocina y preparo un rápido estofado de carne con algo de arroz blanco, pues no tenía nada para condimentar, eso le recordaba que tenía que hacer las comprar cuanto antes, pero iría con Nowaki, pues no deseaba cargar el solo con las bolsas, además el pelinegro sabia manejar y tenía el auto a su disposición, él estaba obligado a utilizar autobuses, metro o taxis, puesto no poseía licencia de conducir.

Estaba por comenzar a preparar la mesa cuando Nowaki apareció por el umbral de la cocina.

-Esto huele muy bien Hiro-san ¿Qué has hecho de almuerzo?- Consulto de inmediato.

-estofado de carne y arroz, no pude hacer nada más, esto es todo lo que había en la nevera.

-¿Hay que hacer las compras?- Consulto, el castaño al instante se dio vuelta y le dio una gélida mirada.

-¿Tu qué crees?- La respuesta era más que obvia, Nowaki, solo sonrió, y recibió en sus manos el mantel blanco que en esos momento Hiroki le extendía para que colocara en la mesa.

Su almuerzo fue tranquilo como cualquier otro, comieron con calma y luego Nowaki se ofreció a lavar los tratos y retirar la mesa.

Hiroki como acostumbraba por las tardes, se fue al sofá y allí cogió un nuevo libro, que no tardaría en devorar.

Nowaki quiso acompañarle en la sala, pero pronto volvió a quedarse dormido, el castaño se vio en la obligación de ir por una manta y ponérsela encima para que el tonto de su pareja no pescara un resfriado.

Por las tardes, casi siempre era su padre quien se encargaba de mandarle a Haru, era una visita rápida, solo pasaba a saludarlo y dejaba al niño en su hogar, prometiendo pasar a buscarlo al colegio al día siguiente.

-¡Papi, mira, mira!- Su castañito amado entraba corriendo a su hogar, su padre ya se había despedido y marchado y ahora Haru sacaba de su bolso una arrugada hoja de papel garabateada, sobre esta una tierna carita feliz, calificación máxima, para un niño de su edad.

-¡Estas mejorando mucho!- Exclamo Hiroki encantado, sobre la hoja blanca se encontraba garabateado, en lápices de distintas tonalidades las grotescas letras de su hijo que con esfuerzo escribiendo su nombre completo en complicados kanjis, su nene era un pequeño geniecito.

-Después aprenderé a escribir tu nombre y el de papá- Decía emocionado.

-El de tu papá es más fácil, ya sabes cómo escribir “Kusama”- Apunto divertido, pues el pequeño llevaba el apellido de Nowaki- Hablando de tu padre, ve y despiértalo, hoy cenaremos temprano- La última semana el jardín de su hijo había tenido actividades de aniversario, por esa razón el pequeño había salido mucho más tarde la mayoría de los dias, y casi siempre llegaba con hambre voraz, era por eso que apenas llegaba el nene, Hiroki servía la cena.

-¡Voy!- El pequeño acato la orden de su papi de inmediato, se levantó corriendo y salto en los muslos de este, quien se incorporó con total sorpresa.

-¡Haru!- el corazón le palpitaba a mil, estaba soñando con su amado Hiro-san y de pronto sintió una ráfaga y un gran impacto en sus piernas- Hijo esa es una mala forma de despertar a la gente- Reprocho su padre.

-Perdón papá- Disculpo el pequeño, con sus grandes ojos azules- Papá, dice mi papi que te levantes porque cenaremos temprano.

-¡Oh, está bien! Ve a lavarte las manos hijo, yo ayudare a tu padre a servir la cena.

Estaba por entrar a la cocina, Hiroki venia saliendo con un mantel en la mano derecha y unos cubiertos en la izquierda.

-Ooops- Soltó de pronto, uno de sus pies desvió su camino y termino chocando contra una pared.

-¡Hiro-san!- Nowaki corrió de inmediato  a su encuentro- ¿Todo bien?

-Si no te preocupes, fue un mareo, nada mas- Hiroki pestañeaba repetidamente y apoyaba una de sus manos contra la pared para no volver a perder el equilibrio.

-Ven- Nowaki le quito las cosas y las dejo sobre un mueble en la cocina, luego tomo a su amante de los hombros y lo dejo sentado en el sofá- Quédate allí, yo me encargo de la cena.

Hiroki iba a replicar que se encontraba bien, pero Nowaki había descansado todo el día por lo que sabía que para el pelinegro servir la cena no implicaba problemas, después de todo comerían el mismo estofado de la tarde.

Se sentaron a comer cálidamente en familia, Haru hacia a un lado disimuladamente los morrones, aquella verdura le asqueaba, pero si su papi le descubría no solo recibiría un regaño, sino que además le obligaría a comerlos todos.

-Hijo no dejes comida en el plato- Para su mala suerte quien le había descubierto era su padre, Nowaki era mucho más comprensivo, pero si Hiroki se empecinaba en hacer comer a su retoño entonces él le apoyaba.

-Está bien- Murmuro rendido, después de todo no quería hacer en enojar a su papi, quien ya le había mandado una mirada de advertencia.

Con mala cara comió sus verduras y dejo el plato casi limpio sobre el fregadero, Hiroki estaba por hacer lo mismo que su hijo, pero al levantarse…

Un suspiro escapo de sus labios, la vista se le torno negra en un segundo, no supo cuando sus pierna dejaron de responderle, solo sintió el fuerte golpe en su frente y después se estrello contra el suelo.

-¡PAPI!- Impresionantemente su hijo fue el primero en reaccionar.

-¡Hiro-san!- Nowaki corrió hasta el, pero luego cogió su cuerpo lentamente y con mucha delicadeza, reviso como pudo los signos vitales, todo parecía andar bien, pero el golpe que se había dado con la esquina de la mesa era una cosa diferente, la sangre salía a borbotones.

Su hijo por otro lado lloraba inconsolablemente, pensaba que algo realmente malo le había sucedido a su progenitor, Haru nunca había conseguido sacarse de la mente ese traumático momento en que su papi casi había muerto durante el accidente, mentalmente repetía las imágenes de ese día, su padre tendido en el asfalto cubierto de sangre.

-¡Haru!- El llamado de su padre le devolvió a la realidad- Cálmate hijo, por tu papi, por favor cálmate- Nowaki también estaba de los nervios, no lograba detener el sangrado en la frente de su pareja, y su hijo había comenzado a llorar e hiperventilaba peligrosamente para su asmática salud-Ven ayuda a papá- Intento distraer a su hijo- Voy a llevar a papi a la habitación ¿me acompañas?

El pequeño asintió, se notaba que le costaba respirar, Nowaki sentía que en cualquier momento colapsaría, pero tenía la confianza en que su hijo era fuerte.

Dejo a Hiroki sobre la cama, Haru recostado a su lado sostenía el paño lleno de sangre, tal como se lo había indicado su padre.

-Ten mi vida- Le alcanzo el inhalador, Haru sabia como utilizarlo, puso la boquilla en sus labios y apretó el artefacto recibiendo su pequeña dosis de salvación, que ampliaba el limen de sus vías respiratorias permitiéndole inhalar con mayor facilidad.

Nowaki por su parte había logrado detener el sangrado, el corte era exasperantemente pequeño y había sangrado en exceso, pero ya todo parecía marchar bien, Hiroki al parecer estaba durmiendo y su hijo estaba un poco más calmado.

-Haru ven aquí, acuéstate con papá- el niño se recostó entre sus dos padres y se dejó envolver por los grandes brazos del médico- No tienes que preocuparte por tu papi, esto es normal, es parte del embarazo, él debe sufrir estos cambios los primeros meses en que tu hermanito este en su vientre.

-¿Por qué?-  Pregunto su curioso niño secándose las lágrimas.

-Es un poco complicado, cuando crezcas lo comprenderás un poco mejor.

Esa noche ellos tres durmieron en la misma cama, Haru se dejó cobijar por sus dos padres amados, pero abrazo la mano de su papi con fervor durante todos sus sueños.

Notas finales:

Me voy, dejenme en los comentarios si quieren que el bebe sea mujer o hombre, sus votaciones seran sumadas en amor yaoi y mundo yaoi, en unos capitulos mas se revelara esa verdad.

nos vemos


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