Prologo

Hoy es la noche más oscura que he visto, el frío más intenso que he sentido, el tiempo es tan pesado que todo pasa en cámara lenta, jamás pensé que las cosas terminarían de esta manera. ¿Cómo permití que esto pasara? ¿Es acaso la muerte la única salida para una vida feliz? Esa pregunta me atormentará hasta el fin de mis días. ¿Cómo iba yo a saber que esto pasaría? A pesar de mis habilidades, nunca tuve una visión de esto, cuando todo va bien es una tontería pensar que ese momento puede arruinarse.

Desde que tengo conciencia, siempre me sentí igual, nada era suficiente, nunca me sentía completamente a gusto, como si no encajara, como si tuviera que estar en otro sitio, como si tuviera que estar lejos, esperando a alguien, extrañando a alguien, “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, escuché esa frase antes de perderla, yo sabía cuán importante era para mí, no necesitaba de esto, no merecía perderla, en un solo descuido ella desapareció como un sueño, cuando desperté ya todo era distinto.

Cuando acepté esta vida, quería la fuerza para proteger a mis seres queridos, después quise ser libre para encontrar mi lugar, un lugar donde me sintiera en paz. A pesar de que traté de evitar todo esto, cuando creí que la que estaba mal era yo, traté de complacer a mis seres queridos, confiar en las personas, disfrutar de la vida y apartar la vista de lo que no fuera aceptable por los demás, al final me había convertido en alguien que no podía reconocer, tomar este camino fue la única decisión que pude tomar, pero ¿Cuál es el precio de tener una doble vida? Pues, no tener a nadie ni aquí ni allá, aparentar, ocultar, mentir al doble, confiar a medias. Y yo que no sabía lo que era real o no, ahora siento que la que no es real soy yo. ¿Cómo vivir en dos mundos diferentes? Dos realidades enfrentándose, personas amadas y una misión que va en contra de lo que deseamos.

Dedicatoria

Este libro está dedicado a mi familia terrenal a la que nunca pude contarles sobre mi verdad, a mis amigos, todos y cada uno de ellos que querían llegar a conocerme y saber que había detrás de lo que aparento y que aún sin poder contar la verdad me aceptaron por quien soy, lo que hacía y lo que sentía por ellos. Finalmente quiero dedicárselo a mi mejor amiga, porque ella fue la primera persona que me escuchó sin juzgarme, me aceptó sin conocerme, me hizo creer en mí cuando tenía miedo, acompañó mi llanto con risas y me dejó llorar, reír, cantar sin pena, sin miedo y sin límites, la única persona que conoce todo sobre mí y que me acompañó en todo. Lo dedico a la paciencia, al amor y la amistad pura que descubrí en este mundo, y a las figuras autoritarias que intentaron detenerme, hundirme, lastimarme e incluso matarme que fracasaron y seguirán fracasando.