Ed está a un paso de recuperar el cuerpo de su hermano, pero hay un problema: la tan preciada información está en las manos del Coronel Mustang. ¿Qué le pedirá el Coronel para entregarle la información? ¿Será un “Intercambio Equivalente”?

~*RoyEd*~

Para celebrar el 20 de Mayo

ADVERTENCIA: Lemon a más no poder.

            Roy Mustang tenia que aceptar que no le desagradaba en absoluto haber despertado junto al bello Edward Elric. El  adolescente había sido un incordio, ahora era todo un hombre y todo un bocado. Pero descubrir que se había casado al estilo de “Las Vegas” era otra cosa distinta. Prefería comerse sus guantes y vestirse de amarillo chichón  antes de verse atado a alguien. Empero su honor le exigía que hiciera lo correcto con Elric, sobre todo cuando la prueba de embarazo... dio positivo.
            ¡Una noche loca en Las Vegas y estaba casado y con un bebé en camino!

Sí Acero, pensé en tí de 'esa' manera. Eras muy hermoso, ¿Lo sabías? No, no lo sabías. Tú solo veías por y para Al, lo demás no te interesaba, lo demás que se fuera al fin del mundo y tú no lo notarías. Por suerte, tu hermano sí lo sabía, él era tu guardaespaldas aunque tú no supieras, él alejaba a cado chica, chico de diferentes rangos, edades y profesiones que se acercaban a ti con segundas intenciones. Valla que le estoy agradecido.

No estoy seguro si Al también sabía de mis segundas intenciones, o será que estaba tan ocupado con aquellos que estaban fuera del cuartel como para prestarme atención a mí como para darse cuenta... cómo me gustaría pensar que a mí me dejaba pasar porque me aprobaba o tal vez, porque tú mostraste algún tipo de atracción hacia mí. Sería tan feliz, acero, si cuando aún estabas aquí... llegaste a sentir algo por mí. 

Edward Elric se encuentra con un demonio que viene por su alma, pero este parece no llevarse y engancharse al chico rubio, como acabara esto un amor entre un humano y demonio descubranlo!

Esperaba no arrepentirse de su decisión, porque en el fondo, su corazón seguía latiendo por ese hombre, pero algo muy dentro de su pecho le decía que había hecho la elección correcta. Después de todo, siempre había sabido que Roy Mustang no era para él.

Percibo el olor de la carne quemada mezclándose con el humo que nos envuelve con su manto negro y obtengo mi respuesta, una que pesa igual que el plomo; Roy Mustang provocó éste infierno…

Roy Mustang ha enviudado y ahora debe hacerse cargo de su pequeño hijo de cuatro años. Aconsejado por su mejor amigo, Maes Hughes, decide contratar a una niñera, pero su destino lo arrastró al lado de Edward Elric, un peculiar joven que piensa darle un nuevo sentido a su existencia, pero, ¿podrá evitar que Mustang busque vengarse de aquel que destruyó su vida?