Naruto, Sasuke e Itachi estaban pasados de copas, lo cual causa una noche de lujuria y placer...

DENME UNA OPORTUNIDAD ¿SI?

Pero, ¿por qué esta vez el héroe ha muerto? ¿y por qué el villano recibe amor, un amor tan real e indestructible que lo hace retorcerse en su cama? No puede soportarlo, él nunca recibió amor.
Es justo para ambos.

un accidente lo cambiara todo.

Su pecho se contrajo a una increíble velocidad, su cuerpo que se encontraba frio dejo de moverse. Un indescriptible vacio comenzó a formarse, su garganta se cerró asiendo doloroso el tragar, y sus ojos que hasta hora se encontraban resecos comenzaron a tornarse rojizos por la humedad que se quedaba estancada en ellos.

Se levanto del suelo, con las piernas temblándole obligándolas a moverse para girarse en dirección opuesta, para quedar de frente con un auto que no era suyo, el cual se negó a mirar con detenimiento.

Su pupila se dilato* para enfocar mejor en la oscuridad, forzándose a si misma a notar cada detalle del automóvil, cada abolladura, cada golpe y cada lugar que seguía intacto. Mientras mas miraba la sensación de calor y presión en sus ojos aumentaba con un fuerte sentimiento.

Sus ojos se fueron abriendo en demasía, con incredulidad, y negación. No podía ser.

–No–

…l conocía los rines del auto. El ridículo adorno del espejo retrovisor.

–No–

…l conocía el modelo del auto.

–No–

¡…l conocía el maldito auto!

¡¿Cómo no conocerlo si él fue quien lo compro?

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– ¿Qué hay de tus hijos? – dijo Itachi con una helada calma, que le descoloco completamente.

Eso era algo que no quería recordar tampoco.

Comenzó a reírse de una manera desquiciante que asusto a su hermano por la expresión que puso.

 –Bien esa definitivamente era una respuesta que me esperaba de ti, pero no creí que realmente fueras capaz de decirla. Vaya me has sorprendido–  embozo una sonrisa sardónica

– ¿Qué…?– inquirió Itachi confuso

– No me importa lo que suceda con ellos– su voz sonó grave, fría. Rotunda.

No entiendo porque me pasa esto a mí, por culpa de este maldito collar no puedo morir o vivir en paz…

sasunaru

itadei

Por que existen, son inevitables y marcan un destino hecho por tus propias decisiones.

El destino no está tallado en piedra, ni siquiera el de un príncipe, mucho menos el de un Rey. Pues por muy poderoso que seas muchas veces los compromisos, las promesas y los deseos jamás llegan a cumplirse...

¿Qué sentirías al saber que eso se debe al capricho de alguien más?

Naruto es un engreído, ególatra y egoísta adolescente, pero no uno cualquiera, él es el futuro emperador de roma, la magnífica y poderosa ciudad de Italia. Sólo desea todo lo que venga a su conveniencia, incluyendo a un romano acusado de ladrón y cristiano, que como castigo es lanzado a los leones, pero sin ninguna dificultad, termina venciendo. El rubio no cabiendo en sí exige de inmediato tenerlo como cuidador personal, dejandose llevar por sus deseos no tan sanos con aquel chico, sin si quiera suponer que eso le podría traer más de un problema.

 -¿Qué? ¡¿Dónde estoy?! ¡Sasuke! ¡¿qué te has hecho bastardo?! -Gritaba eufórico desde esa mugrosa cama llena de repulsivos insectos y con un pestilente olor.  La puerta de la oscura habitación es abierta y en ella se puede ver al causante de sus dudas.- ¡¿Que ha pasado aquí?!

 -Has sido secuestrado, Naruto. O quieres que te llame, ¿mi Dios? -Se burló socarrón mientras el rubio se movía furiosamente en la cama.- Desde ahora eres nuestro rehén y tu padre tendrá que alejarse de Roma si te quiere de vuelta.

Sasuke es la chico que ha sido escogido para vengar a todas las personas de su pueblo; Naruto es un niño fanfarrón que ha sido elegido por los Dioses para ser el futuro emperador. Sasuke quiere venganza por la sangre derramada de sus camaradas y Naruto solamente desea la ardiente y candente piel del Uchiha

 ¿Te atreves a ver una parte de la antigüa Roma?